ALELUYAS DE MARGARITA XIRGU
En Molins de Rey nacía
La que insigne actriz sería.
Los Xirgu van a Gerona
Y después a Barcelona.
Y las musas por fortuna
Contemplan su humilde cuna.
Melpómene y Talía
La consagran a porfía.
Las injusticias sociales
Son fuente de muchos males.
De niña ya experimenta
De la miseria la afrenta.
Tan pronto aprendió a leer
De la escuela fue al taller.
Y su trabajo comparte
Con su afición por el arte.
Los Ateneos obreros
Ven sus ensayos primeros.
Fomentan la vocación
y amplían su formación.
Va de modestos tablados
A escenarios consagrados.
Pronto se hace popular
Por su arte singular.
De tragedia a vodevil
Es la intérprete sutil.
Los públicos la hacen diva
Por su arte que cautiva.
Presa de su gran pasión
Toma firme decisión.
La Xirgu se empeña un día
En formar su Compañía.
Es Fructuoso Gelabert
Que al cine la va a traer.
Y su gesto apasionado
En la pantalla ha quedado.
“Salomé” y sus siete velos
Provoca grandes revuelos.
De pornógrafa tildada
Al momento es censurada.
El teatro le cerraron
Más sus huestes la animaron.
El popular Paralelo
La vio actuar con anhelo.
Deja el teatro catalán
Sin temor al qué dirán.
En América debuta
Y honores le tributa.
De retorno, ya en Madrid,
Gana plaza en buena lid.
La crítica le valora
Como artista innovadora.
Valle-Inclán, autor “maldito”
Para la Xirgu es un hito.
En el “Español” estrena
De arte y facultades plena.
Y pone en escena autores
Con fuste de creadores.
Consagrados o noveles
No le importan sus laureles.
Y se le presenta un día
Un poeta de valía.
García Lorca se llama
Y ya no es poca su fama.
No Eros sino Talía
A los dos les uniría.
Le encarna el drama real
De una mujer liberal.
Es Mariana la heroína
Que a Margarita fascina.
Bandera de libertad
Que alumbró la oscuridad.
Es Dalí el encargado
Del andaluz decorado.
Menosprecian los simplistas
Sus tendencias vanguardistas.
Rivas Cherif con acierto
Se opone a un teatro muerto.
Y dirige a Margarita
Con su facundia erudita.
¡Milagro primaveral!
¡La República triunfal!
España canta y avanza
En alas de la esperanza.
De Fermín Galán la gesta
En la memoria está presta.
Y como una letanía
La gente la repetía.
Alberti la glorifica
En cuanto la escenifica.
Y así queda más grabada
Por el pueblo presenciada.
La Xirgu-Santa María
En escena armas pedía.
“Salgamos ya compañeros
A la lucha los primeros.”
En un momento oportuno
Estrena “El Otro” a Unamuno.
La tragedia de Medea
El sabio rector recrea.
En Mérida, la romana,
La Xirgu la encarna, ufana.
Ella será la impulsora
Del festival que hay ahora.
De regreso a Barcelona
Es la actriz de “La Corona”.
Los dos hermanos Machado
Un drama le han confiado.
“Yerma” es dramática esencia
Que Margarita potencia.
Por la vida es condenada
A jamás ser fecundada.
La izquierda aplaude el valor
De la actriz y del autor.
Y la derecha se ensaña
Por ser amigos de Azaña.
El centenario de Lope
La Xirgu celebra a tope.
Al gran clásico potencia
En verso, ritmo y cadencia.
Estrenar en Barcelona
A Lorca y Xirgu ilusiona.
Triunfan con “Doña Rosita”
Obra en extremo exquisita.
La Xirgu y su Compañía
Emprenden la travesía.
A Cuba tardan muy poco
A bordo del Orinoco.
Pero un golpe militar
Va a en guerra degenerar.
Dejará en España entera
Honda herida duradera.
“¡Federico asesinado!”
Grita al mundo el gran machado.
El repertorio lorquiano
La actriz lleva al orbe hispano.
Con tesón particular
Se dedicará a enseñar.
La Universidad chilena
Le da cátedra de escena.
Son sus colaboradores
Escenógrafos y autores.
Es la España peregrina
Que por el mundo camina.
Rafael y Margarita
El exilio les da cita.
“El Adefesio” y “Numancia”
Producen con elegancia.
La obra póstuma aguarda
En el papel de “Bernarda”
Rn ella Lorca pensaba
Cuando la obra creaba.
Durante meses ensaya
Con la Comedia Uruguaya.
Su labor de pedagoga
Toda su vida prorroga.
Por donde la actriz pasaba
El teatro renovaba.
Su estilo dejaba huella
Y su arte hacía mella.
Su vuelta, España vetó
Y Uruguay su muerte honoró.
En Molins de Rey sus restos
Son hoy honorados y expuestos.
De ella quedará memoria
Para siempre en nuestra historia.
Por eso, tan sólo pido,
Una flor contra el olvido.
Antonina Rodrigo
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